Esta temporada está mostrando mucho fervor político y social, de todas las opiniones en el espectro. Durante el 2013, a pesar de faltar tres años para la próxima elección presidencial, no ha habido un tema crítico o controversial que no se ha discutido, tanto en el congreso, como en los foros públicos en el Internet.
Durante el siglo veintiuno, siempre ha sido así. No obstante, este año hay una variable muy diferente y palpable: la voz de nosotros, los Latinos. Finalmente se siente como que los líderes de Estados Unidos nos están escuchando– y con figuras prominentes y reconocidas en Washington– Secretaria del Trabajo Hilda Solis, el Senador de la Florida Marco Rubio, los gemelos Julián y Joaquín Castro de Texas, la juez de la Corte Suprema Sonia Sotomayor, por ejemplo– es imposible ignorar la influencia directa que estamos teniendo en asuntos nacionales, e internacionales también, por el hecho de tener conexiones personales con otros países.
Por eso no nos pueden ignorar cuando expresamos insatisfacción con el estado de situaciones como la inmigración, la calidad de la educación de jóvenes hispanos, y la reforma de salud. Porque somos demasiados. Porque hacemos alboroto.
Mi historia de inmigración, a la verdad, no la puedo considerar mía completamente. Mis padres y yo nos mudamos de Puerto Rico para Orlando, Florida, cuando yo tenía sólo tres años. No recuerdo nada. No puedo declarar con orgullo que recuerdo la sensación de pisar la tierra estadounidense. Pero tengo las anécdotas que he oído de mis queridos papás.
Desde que nací en San Juan, Puerto Rico, y fui inmediatamente diagnosticada con espina bífida e hidrocefalia, la vida de mis padres consistía de Mami llevarme a citas médicas (a unos cuantos especialistas variados) en diferentes áreas, y Papi trabajando a tiempo completo para la administración de seguro social. Aun yo teniendo la Bendición de haber conseguido de los mejores médicos en la isla, fue una lucha para Mami, quien tuvo que soportar horas y horas de espera en una oficina llena– a veces un día completo– para poder ver a mis médicos.
Cuando le ofrecieron la oportunidad a Papi de transferirse a la oficina federal de Orlando, la consideraron una idea perfecta, porque acababan de abrir una clínica para niños con espina bífida en Orlando, donde se podía ver casi todos los especialistas en un sólo día.
Queriendo lo mejor para mi, mis padres hicieron la decisión más difícil de sus vidas– mudarse para Orlando, donde no teníamos familia ninguna. También, la barrera de idioma se le hizo difícil a Mami, quien era un poco tímida para hablar el inglés.
Aunque para mi, visitar a Puerto Rico es “ir a casa,” donde tengo por lo menos la mitad de mi familia “inmediata” (me refiero a mi Abuela, Tío, Tía, y a algunos primos hermanos), vivir en los Estados Unidos me ha brindado tantas oportunidades– una educación formal excelente en las escuelas públicas (incluyendo un programa preescolar), y una carrera universitaria para la que pude conseguir asistencia económica.
Claro, también he conocido tantas personas maravillosas, Latinos y no-Latinos, que me han transformado la vida para lo mejor.
El año pasado, fue con mucha emoción que Latinos in Social Media (LATISM) me escogió para formar parte del grupo de Top Blogueras que visitaron a la Casa Blanca. Juntas pudimos hablar con oficiales en los ámbitos de educación, salud, y agricultura, y motivarnos unas a la otras.
¡Esta semana, LATISM ha mostrado de nuevo la fe que tienen en mi, al seleccionarme como una de las Top Blogueras del 2013! Me siento muy entusiasmada y Bendecida de poder compartir esto contigo.
La misma organización que facilitó que oyeran nuestras voces a nivel nacional, ahora nos invitó a compartir nuestras historias a nivel internacional. Sí, es cierto. ¡Ayer fuimos a las Naciones Unidas! Jamás hubiese soñado que yo tendría esta oportunidad, y siento tanto agradecimiento hacía todos que lo han hecho posible.
Luego, compartiré con mis “panitas” durante la conferencia de LATISM ’13 en el hotel Waldorf-Astoria. El sábado a mediodía, hablaré en un panel, junto a mis bellas hermanas Eileen Carter Campos, Lisa Quiñones Fontánez, y Eliana Tardío, sobre “Mas allá de las enfermedades crónicas y las necesidades especiales.” ¡Si estarán en la conferencia, no se lo pierdan! Estas son todas mujeres tan emprendedoras, y las quiero muchísimo.
Como si eso no fuera suficiente para mi, otro de mis queridos hermanos de LATISM, Julio “Julito” Varela y su papá, “Papi Julio,” me invitaron a asistir junto a su familia a la final de “America’s Got Talent” el martes, donde su hermano, Fernando, y su grupo FORTE, fueron finalistas en la competencia. ¡Qué orgullo! ¡Qué honor!
Los trataré de mantener al tanto siempre que pueda– a través de Facebook, Twitter, instagram, y vídeos, si puedo. Por favor, sigan los hashtags #LATISM13 y #LATISM para seguir la conversación durante toda la semana.
Pues, ya lo saben todo– de dónde vengo, y para dónde voy. ¿A dónde iré próximo? Eso, sólo Dios lo sabrá.
This season has demonstrated great political and social fervor, and opinions all over the spectrum. During 2013, despite not having the next presidential election for another three years, there hasn’t been a single critical or controversial topic left undiscussed, in Congress, as well as in online public forums.
During the 21st century, it’s always been this way. However, this year, there is a very different and palpable variable: our voice, that of we the Latinos. It finally feels like U.S. leaders are listening to us, and with prominent, recognized figures in Washington– Secretary of Labor Hilda Soils, Florida Senator Marco Rubio, twins Julián and Joaquín Castro of Texas, and Supreme Court Justice Sonia Sotomayor, to name a few– it’s impossible to ignore the influence that we are having on national affairs, as well as international issues, given our close ties with other countries.
That’s why they can’t ignore us when we express dissatisfaction at the state of issues such as immigration, the quality of education for Hispanic students, and health care reform. Because we are too many. Because we make noise.
It is difficult for me to consider my immigration story truly my own. My parents and I moved from Puerto Rico to Orlando, Florida, when I was only three years old. I don’t remember anything. I can’t proudly declare that I recall the sensation of stepping on U.S. soil for the first time. But I have the anecdotes that I’ve heard from my beloved parents.
Ever since I was born in Puerto Rico, and diagnosed immediately with spina bifida and hydrocephalus, my parents’ lives consisted of Mami taking me to numerous doctor’s appointments (to quite a few different specialists) in different areas, and Papi working full-time for the social security administration. Even with the blessing of having some of the best doctors on the island, it was a struggle for Mami, who often had to wait hours and hours in a crowded office, often a whole day, for me to see my doctors.
When Papi was offered the opportunity to transfer to the federal office in Orlando, my parents thought it was the best idea, because they had recently opened up a clinic for children with spina bifida right in Orlando, where you could see almost all your specialists in one day.
Wanting the best for me, my parents made the most difficult decision of their lives, and moved to Orlando, where we didn’t have any family members. Also, the language barrier was very challenging for Mami, who was a bit shy about speaking English.
Although visiting Puerto Rico means “going home” to me, since half of my “immediate” family is over there (meaning my Abuela, Tío, and Tía, and some of my first cousins), living in the U.S. has afforded me so many opportunities– an excellent public school education (including preschool), and a college career for which I was able to get financial assistance.
Of course, I’ve met many wonderful people– Latinos and non-Latinos alike– who have transformed my life for the better.
Last year, it was with great emotion that Latinos in Social Media (LATISM) selected me to participate in the Top Blogueras Retreat, and we visited the White House. Together we were able to speak with officials on the issues of health, education, and agriculture, and also encourage one another.
This year, LATISM has once again demonstrated their faith in me by selecting me for the 2013 Top Blogueras Retreat! I feel very excited and Blessed to share this with you.
Yes, it’s true: yesterday we went to the United Nations! I never would have dreamed I’d have this opportunity, and I’m truly grateful to those who’ve made it happen.
Later, I’ll be sharing with my “panitas” during the LATISM 2013 conference. On Saturday at noon, I’ll be speaking on a panel, alongside my beautiful hermanas, Eileen Carter-Campos, Lisa Quiñones Fontánez, and Eliana Tardío, titled: Beyond Chronic Illness & Special Needs.” If you’ll be at the conference, don’t miss it! All of these women are go-getters and I love them very much.
As if that weren’t enough for me, my hermano Julio “Julito” Varela and his dad, “Papi Julio,” invited me to attend the final performance of America’s Got Talent, where his brother, Fernando, and his group, FORTE, were finalists. What pride! What an honor!
I’ll try to keep you all updated via my social media outlets– Facebook, Twitter, Instagram, and videos, if I can. Please follow the hashtags #LATISM13 and #LATISM to keep up with the latest!
Well, now you know everything– where I’ve been, and where I’m going. Where I’m headed next, only God knows. 😉
Laurita.. Me ha conmovido tu historia, Un ejemplo de superacion a seguir. Que Dios siga derramando muchas bendiciones sobre ti, y que tus exitos sean multiplicados. Saludos y abrazos!
Que dulce eres Laurita…un gusto conocerte. Y siii hay que saber de donde venimos para poder seguir adelante. Un abrazo!
Melissa,
¡La “dulce” eres tú! Fue un placer conocerte y compartir contigo. ¡No puedo esperar hasta la próxima! ¡Pa’ lante!
xoxo Laurita